miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡¡Explorando los Cárpatos!!

Antes de que la nieve nos incomunicase definitivamente, fuimos a pasar un día otoñal a Sinaia, a hora y media en tren de la capital rumana, lugar en el que se encuentra el castillo de Peles (en realidad palacio).

El castillo de Peles, situado en plenos Cárpatos, fue mandado construir por los primeros reyes de Rumanía, de origen germano. Posteriormente, Ceausescu lo empleó para recibir a mandatarios de otros países. A día de hoy, se hacen tours guiados por dentro del palacio, que se conserva en perfecto estado y que es digno de visitar. Fue muy moderno para su época ya que fue el primer castillo europeo dotado de electricidad y contaba con ascensor para dos personas, agua corriente y un sistema centralizado de aspiradoras.

De camino al castillo, por las laderas nevadas, se puede disfrutar de un hermoso paisaje natural, rodeado de altas montañas perfectas para esquiar. También en este ascenso se puede visitar el pequeño castillo de Pelisor y el Monasterio de Peles.

Perfecto viaje para un sábado nevado. Se aseguran bellas fotografías para el recuerdo y abundante y rica comida en los restaurantes del lugar.

viernes, 14 de diciembre de 2012

De Bucarest a Budapest!

Desde que sabemos que nuestro destino era Bucarest, ha habido más de un interlocutor que ha confundido esta ciudad con Budapest. Consideramos que este malentendido no podía mantenerse más y por ello visitamos Buda y Pest, para poder contar lo que en esta ciudad húngara se puede ver.

Si tuviésemos que definir Budapest con una palabra, la descripción sería simple y sencilla: BELLÍSIMA. Sin duda es una de las capitales más hermosas que hemos visitado hasta ahora.

A los dos lados del Danubio se levantan majestuosos edificios que han sido testigo de una historia apasionante y de un siglo XX convulso. Desde nuestro hostal situado en la plaza Astoria (pleno barrio judío), nos dirigimos a Buda! El primer día visitamos el distrito del Castillo, sus calles empedradas y placitas. A destacar: el Bastión de los Pescadores iluminado y la Iglesia de San Matías, aunque también nos sobrecogió la Iglesia de Santa Magdalena, de la que las bombas solo dejaron en pie la estructura básica y las campanas.

Al día siguiente comenzamos la jornada tomando un baño en los típicos baños Széchenyi. Mientras nuestras cabezas permanecían a unos cinco grados bajo el despejado cielo de Pest, nuestros cuerpecitos disfrutaban de aguas cálidas y sanadoras. Tras eso cruzamos casi todo el centro pasando por la Plaza de los Héroes, el más que recomendable Museo del Terror (un repaso a la ocupación nazi y la posterior dictadura comunista) y la ópera húngara. De ahí pasamos al "Mercado de Navidad" (una de las tantas visitas que le hicimos) y a tomar un dulce en la centenaria pastelería Gerbeaud.

Cerca de esta zona de la ciudad se encuentran también la bonita Iglesia de San Esteban, el Parlamento y sus alrededores.

Para terminar nuestra corta estancia en la ciudad, el domingo hicimos un tour guiado dentro de la Sinagoga, la más grande de toda Europa y en la que una patatita no pudo resistirse a comprarse un kipá auténtico! Y antes de tomar el avión, ascendimos a la Ciudadela y paseamos por la Colina de Gellért.

Budapest... tan idílico!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Winter has come

Desde que llegamos a esta ciudad, todos sus habitantes nos advertían de que disfrutásemos lo máximo posible de las buenas temperaturas y del ocio al aire libre, ya que unos cuatro meses de nieves perpetuas se avecinaban. No les creímos... GRAN ERROR!!! La nieve ha llegado y Bucuresti está cubierto por un espeso manto blanco.
La verdad, las patatas estamos encantadas de lo que está pasando a nuestro alrededor porque le da más realismo a los adornos navideños y al propio "Mercado de Navidad".
Desde el 5 de diciembre, en la Plaza Universitate luce un típico mercado centroeuropeo con motivos navideños. En él se puede degustar vino y cerveza caliente, dulces típicos (algunos semejantes al turrón español), embutidos rumanos y caramelos gigantes. Además, en medio de la plaza, hay un árbol enooorme, situado al lado de la casita de Papá Noel. A su vez, sobre los edificios colindantes se proyectan figuras e imágenes propiamente navideñas.
Pero esta no ha sido la única novedad de los pasados días. La demora en actualizar el blog, ha hecho que las patatas, tengan mucho que contar!!

El día 5 también, visitamos por primera vez uno de los clásicos casinos rumanos. Autóctonos y foráneos se divierten algunas de las noches que pasan en Bucarest acudiendo a casinos. La entrada en estos lugares requiere del pago de una modesta cantidad, que permite no solo el acceso a los juegos, sino también cenar y beber sin límite alguno. Los menús no son deliciosos pero la buena compañía y las perspectivas de hacerse millonario, tientan a cualquiera. Sin embargo, el final fue bien diferente a lo anhelado, ya que no solo no nos hicimos ricos, sino que perdimos los 50 lei que habíamos apostado cada uno (unos 10 euros por cabeza, que nadie se asuste).

Esa semana estábamos imparables y el siguiente destino fue la ópera de Bucarest. Vestimos nuestros sombreros de copa, nuestros bastones y monóculos, y con toda la altanería posible, entramos en el pequeño edificio que alberga esta institución. Lamentablemente, no podemos contaros en detalle cuál fue el argumento de la obra, ya que el canto en italiano y la traducción simultánea en rumano no nos facilitaron la comprensión. Aún así disfrutamos de la velada y del buen hacer de Euterpe (musa de la música).




miércoles, 7 de noviembre de 2012

Querida patata...

De nuevo nos retrasamos en la actualización de nuestro diario, pero ahí va una pequeña dosis de nuestras aventuras en el "pequeño París".

Estos últimos días hemos contado con una grata visita, ¡la primera de muchas, esperamos! Tras más de una hora de espera en el aeropuerto  y una maleta perdida, por fin apareció "Peter". ¡Qué ilusión nos hizo a las patatas ver una cara conocida entre los rumanos! Además de su presencia, la estupenda botella de selecto vodka que nos trajo, los bombones vieneses y el lomo, hicieron que esos días aún fuesen mejores.

Nuestro provisional acompañante tuvo el placer de pasear por estas calles que algún día veréis y conocer, más en profundidad, la idiosincrasia del lugar. Quedó maravillado por los cables de tensión eléctrica situados a la altura de la cabeza, o los continuos agujeros en las aceras (por nuestro futuro bien, pues la ciudad está quedando más bonita). También con él fuimos a Brasov, una ciudad a dos horas y media en tren de la capital. Fundada en 1211, estuvo dominada por distintos pueblos, conservando aún influencias de su pasado austriaco y de los húngaros y alemanes que allí vivieron. Conocida como la "Ciudad Stalin" en la década de 1950 a 1960, recomendamos pasear por la Plaza Afantului y sus alrededores, entrar en la Iglesia Negra o subir a la Ciudadela. Siempre sin olvidar probar la carne de venado con un toque de mermelada de frutos del bosque.






Otra de nuestras experiencias de los pasados días, ya sin nuestro acompañante, fue caminar por los tejados de Bucarest. Alentados por uno de nuestros vecinos, que dijo que era habitual pasar de un edificio a otro por la azotea en lugar de por la puerta principal, no dudamos en comprobarlo. Al parecer, no es una actividad cotidiana como creímos, por asegura unas vistas de la ciudad increíbles. Solo apto para valientes.

Sabemos que también os despierta curiosidad que nos movamos tanto en taxi por aquí. Razón 1: los taxis de 1,39 lei/km que se encuentran por todas partes (¡ojo! también los hay caros y otros muchos baratos que intentan timarte cobrándote más de lo que marca el taxímetro o no devolviéndote el cambio). Razón 2: evitar el andén "de la muerte":

¡Es broma! Aunque el medio metro de andén pueda parecer peligroso, lo cierto es que estamos contentos con el servicio de metro de la ciudad y con la amplitud de sus vagones. La única pega es que hay muy pocas líneas todavía.

Como la inspiración se va acabando, y el sueño floreciendo, vamos a retirarnos ya por hoy. Dormiros apaciblemente tras haber degustado buenos productos españoles, apreciados si cabe aún más por nuestra condición de expatriados. Pero para que veáis que aquí tampoco pasamos hambre, una foto de una de las últimas sopas que nos hemos tomado:


Para otro día dejamos nuestras aventuras en el mercadillo de antigüedades y las extrañas medallas y puñales de la época nazi que allí se pueden adquirir.



viernes, 26 de octubre de 2012

Visitas institucionales I

Queríamos reservar un post únicamente para contar nuestras experiencias entre la crème de la crème.
El 10 de octubre fuimos invitados a una recepción en el Ateneo (aprovechamos para avisar a las futuras visitas amigas de la música que aquí se puede ir a la ópera por menos de 25 euros). El acto consistió en un recital de piano, discursos del Presidente del Senado rumano y del Embajador español, que precedieron a un vino y una degustación de comida española.
Antes de empezar se colocaron en fila para darnos la mano a todos los asistentes, aunque el protocolo duró poco, porque las costumbres españolas se impusieron, así como el par de besos de saludo de rigor.
Pero, tras esta primera experiencia social-institucional, recibimos una invitación inesperada...
Así, la semana pasada acudimos a un coctel en la residencia del Embajador, ofrecido a empresarios españoles de una delegación de ferrocarriles que se encontraban en Bucarest de visita.
Creyendo que en estos actos no era bueno llegar los primeros, consideramos oportuno presentarnos allí media hora tarde. Craso error: la puntualidad y el saludo de autoridades son parte esencial de estos eventos.Tras esto, continuamos nuestra entrada triunfal olvidando saludar a la embajadora consorte: la anfitriona.
En fín, minutos después, ya más relajados y entre compañeros, tuvimos ocasión de hablar con los Embajadores y descubrir que eran personas encantadoras, con buenas apreciaciones y recomendaciones sobre la ciudad.
Esperamos ir aprendiendo a comportarnos propiamente, ya que este sábado volvemos a tener otra cena interesante.
Las patatas viajeras han pasado de ser un mero puré de sobre a ser unas patatas brillantes!! ;-)

martes, 23 de octubre de 2012

¡¡¡Tres semanas!!!

El tiempo está pasando muy rápido en nuestro periplo por Europa del Este, tanto que ni los quehaceres ni la vida diaria nos dejan mucho tiempo para escribir en nuestro blog.

Para empezar, vamos a abriros un poco el apetito mostrándoos algunos de los suculentos manjares que degustamos. Estamos muy orgullosos de nuestro primer bizcocho y magdalenas conjuntos. A base de ensayo error (mucho error) vamos mejorando y esperamos ser dignos chefs cuando las visitas nos acompañen.
También hemos ido probando diferentes platos rumanos, así como bebidas. Hemos seleccionado uno de los platos que más nos ha gustado, pollo con cornflakes (foto adjunta), aunque no queremos olvidar a los "gogosi", unos bollitos esponjosos y rellenos de chocolaaaateeee que nos amenizan la vuelta a casa tras el duro día de trabajo.
Pero además de la comida, también hemos descubierto, junto a simpáticas autóctonas, los locales nocturnos. La vida social de esta ciudad es intensa e incansable, pareciendo que están acumulando reservas de fiesta para los meses de nieve y frío. La zona de Lipscani es muy animada y está llena de bares en los que la cerveza se sirve por metros:
Tranquilos, éramos varios.
Por lo demás, hemos continuado explorando la ciudad. Entre callejuela y callejuela, hemos paseado por el parque Cismigiu, visto varias iglesias y bordeado el inmenso Palacio del Pueblo:
Ha sido necesario sacarla a muchos metros de distancia para poder realmente captar la enormidad de esta mole. Barrios enteros fueron derribados para levantarlo, siendo ahora la sede del Parlamento, del Senado, museos, etc.
Otras de nuestras visitas fueron a librerías, ya que, como comentamos con anterioridad, en Bucarest hay muchas. La idea inicial era buscar un manual de rumano para completar nuestro aprendizaje (estamos en ello, lentos y con pocos progresos), y acabamos adquiriendo una guía de Hungría (nuestro próximo destino patatil) y libros varios en inglés.
De vuelta a casa, alguna que otra noche, nos hemos topado con pequeños lugaremos descalzos y dispuestos a todo por conseguir unos lei: uno de ellos se comió un ramillete de flores para cautivarnos y lo consiguió, porque es imposible que no se te enternezca el corazón con ellos.
Pero, pasemos a lo más esperado de este post: el ascensor y el mágico tubo de la basura, tan ta tan ta tan!!


Este blog no permite captar la esencia y belleza de ambos elementos. El tubo, sinceramente, nos encanta porque fomenta nuestra vaguería a la hora de deshacernos de la basura. Es muy gracioso escuchar como bajan tolón, tolón las bolsas por el metal.

Y aunque sabemos que os fascina, apasiona y conmueve leernos, hemos de retirarnos a nuestros aposentos, pues la noche es corta y el sueño inmenso. Pupichi!!


martes, 9 de octubre de 2012

¡Primera semana!

Hace una semana hoy, acabábamos de llegar a nuestra nueva ciudad y de conocer, in situ, la que será nuestra vivienda los próximos meses. Como conclusión a esta semana, hemos de decir que tenemos que apurar y aprovechar cada día aquí, porque el tiempo pasa muy rápido y porque cada vez somos más conscientes (y conocedores) de todo lo que hay que ver!!

Al mismo tiempo, hemos de ir adaptando nuestras horas de sueño y nuestras mentes, ya que un cansancio envolvente se apodera de nosotros poco pasadas las nueve de la noche (hora local). De hecho, aunque cada vez que vemos algo "gracioso" o "curioso" recordamos a nuestra familia y amigos, y nos reímos un rato, todavía no hemos tenido tiempo (o quizá suficiente motivación) para coger la cámara de fotos y salir a retratar la ciudad. Tranquilos, lo haremos, tenemos margen temporal para hacerlo y muchos lugares en mente que mostraros.

Por ahora estos días nos hemos dedicado fundamentalmente a poner en marcha nuestro hogar y a hacer de unas paredes blancas y unos cuantos muebles nuestra acogedora casita. No estamos solos en esta tarea! Nos acompañan "Apio", "Elefantito" y "Foquita", tres peluches que hemos adquirido como parte del mobiliario. Por lo demás, nuestra casa ya no carece de detalle y en ella ya se elaboran desde suculentos bizcochos a fajitas mexicanas.

Este fin de semana, de cara a saciar nuestra necesidad compradora de productos del hogar, hemos visitado Ikea y el centro comercial más grande del país. Como no somos muy amantes de las tiendas, resumiremos diciendo que no tienen nada que envidiar a las de nuestro país de nacimiento. Es más, hemos visto móviles a la venta por un equivalente a 30.000 €, por no hablar de las tiendas de lujo de reconocidas marcas internacionales.

Por otra parte, nuestra inmersión en la cultura y sociedad del lugar va siendo lenta pero segura. La opinión inicial de que son gente amable no ha cambiado ni un ápice. Esta tarde, por ejemplo, visitamos la zona universitaria con una autóctona y comprobamos, un día más, lo incansables que son de explicarte.

Y con la mente puesta en mañana nos retiramos a dormir, prometiendo (sin plazo determinado) continuar completando nuestra historia patatil en este blog y esperando llenarlo de anécdotas. Imaginamos no tener que esperar mucho para ello, ya que este fin de semana tenemos tres días vacacionales para descubrir "Bucuresti". Mañana, concierto en el Ateneo para todos los expatriados españoles. Celebremos la hispanidad cantando al ritmo de estas dos patatas saladas!!


miércoles, 3 de octubre de 2012

¡Hemos llegado!

Tras meses y meses de espera, por fin hemos llegado a nuestro destino: Bucarest.
Ayer a media mañana nos encontramos con nuestros nuevos compis en el aeropuerto. Fue muy agradable contar con la compañía de mis queridas Ana y Atenea y su hermoso mural (las fotos de este post serán subidas el fin de semana, porque nuestra nueva ciudad nos tiene agotados y tecnológicamente escasos).
El vuelo fue un poco largo, pero tuvo sus momentos entretenidos: la "deliciosa" ensalada caliente del menú, o nuestro intento por leer una revista femenina en rumano. Nos llamó la atención que ya no eran "freaks" las mujeres que tenían éxito profesional (como  ponía en dicha revista).
A nuestra llegada nos esperaban Mihaela y Oana, las dicharacheras chicas de la inmobiliaria, que nos trasladaron en su propio coche al centro, siguiendo a nuestros compis en una emocionante persecución por las calles de Bucarest. Pudimos comprobar lo ameno que es el tráfico en esta ciudad y lo fácil que se soluciona todo gritando por la ventanilla.
Pero también comprobamos los parques que había y lo bonitos que eran algunos edificios. Avanzábamos cansados pero contentos de lo que íbamos encontrando.
Al llegar a nuestro nuevo hogar nos quedamos estupefactos ante el "ascensor" de nuestro edificio: poco más que una plataforma de madera con unas cuerdas que la subían (fotos emocionantes este fin de semana).
Tras echar un primer vistazo a la casa, tuvimos nuestro primer contacto con los lei, en un supermercado de la zona, y nuestra primera dificultar para volver a entrar en el piso, ya que nuestra llave del portal no estará arreglada hasta dentro de unos días.
Y, al día siguiente: oficina!!! Nuestra impresión ha sido buena y el contacto con los nuevos compañeros, también.
Os mantendremos al tanto de lo que siga sucediendo a las patatas viajeras en  Bucarest. Ahh!! Muy remarcable, la amabilidad de los locales, capaces de llevarte por la ciudad hasta la dirección buscada o gesticular para explicarte dónde comprar pinzas de la ropa :-)

domingo, 23 de septiembre de 2012

Y llegó la hora de partir...

Nuestra preparación para ser patatas viajeras comenzó hace más de un año. Por aquel entonces aún éramos unos tubérculos jóvenes y verdes que empezaban su formación patatil en el centro de estudios vegetales. El camino que se abría ante nosotros era largo y duro ya que como pequeñas patatas, creíamos tener pocas posibilidades ante los vegetales más inteligentes del momento.

La mayor sorpresa llegó con el paso de las semanas, cuando descubrimos que no éramos una sola patata, sino dos. Fascinadas, nos miramos y no dudamos en emprender este camino juntas.

Poco a poco aprendimos todo aquello que una patata necesita para ser una experta profesional, y superamos barreras que ninguna otra "papa" había conseguido. ¡Llegamos a ser unas patataheroes!

Ahora que todo ha pasado, estamos preparando nuestros propios sacos y en poco más de una semana estaremos volando a Bucarest, nuestro primer destino.

¿Qué nos deparará esta nueva ciudad? ¿Qué aventuras vivirán estas dos patatas enamoradas en Rumanía? ¡Sólo el paso de los meses nos desvelará estos y otros misterios del mundo patata!