El tiempo está pasando muy rápido en nuestro periplo por Europa del Este, tanto que ni los quehaceres ni la vida diaria nos dejan mucho tiempo para escribir en nuestro blog.
Para empezar, vamos a abriros un poco el apetito mostrándoos algunos de los suculentos manjares que degustamos. Estamos muy orgullosos de nuestro primer bizcocho y magdalenas conjuntos. A base de ensayo error (mucho error) vamos mejorando y esperamos ser dignos chefs cuando las visitas nos acompañen.
También hemos ido probando diferentes platos rumanos, así como bebidas. Hemos seleccionado uno de los platos que más nos ha gustado, pollo con cornflakes (foto adjunta), aunque no queremos olvidar a los "gogosi", unos bollitos esponjosos y rellenos de chocolaaaateeee que nos amenizan la vuelta a casa tras el duro día de trabajo.
Pero además de la comida, también hemos descubierto, junto a simpáticas autóctonas, los locales nocturnos. La vida social de esta ciudad es intensa e incansable, pareciendo que están acumulando reservas de fiesta para los meses de nieve y frío. La zona de Lipscani es muy animada y está llena de bares en los que la cerveza se sirve por metros:
Tranquilos, éramos varios.
Por lo demás, hemos continuado explorando la ciudad. Entre callejuela y callejuela, hemos paseado por el parque Cismigiu, visto varias iglesias y bordeado el inmenso Palacio del Pueblo:
Ha sido necesario sacarla a muchos metros de distancia para poder realmente captar la enormidad de esta mole. Barrios enteros fueron derribados para levantarlo, siendo ahora la sede del Parlamento, del Senado, museos, etc.
Otras de nuestras visitas fueron a librerías, ya que, como comentamos con anterioridad, en Bucarest hay muchas. La idea inicial era buscar un manual de rumano para completar nuestro aprendizaje (estamos en ello, lentos y con pocos progresos), y acabamos adquiriendo una guía de Hungría (nuestro próximo destino patatil) y libros varios en inglés.
De vuelta a casa, alguna que otra noche, nos hemos topado con pequeños lugaremos descalzos y dispuestos a todo por conseguir unos lei: uno de ellos se comió un ramillete de flores para cautivarnos y lo consiguió, porque es imposible que no se te enternezca el corazón con ellos.
Pero, pasemos a lo más esperado de este post: el ascensor y el mágico tubo de la basura, tan ta tan ta tan!!
Este blog no permite captar la esencia y belleza de ambos elementos. El tubo, sinceramente, nos encanta porque fomenta nuestra vaguería a la hora de deshacernos de la basura. Es muy gracioso escuchar como bajan tolón, tolón las bolsas por el metal.
Y aunque sabemos que os fascina, apasiona y conmueve leernos, hemos de retirarnos a nuestros aposentos, pues la noche es corta y el sueño inmenso. Pupichi!!
Que rico parece todo....
ResponderEliminarMuchos besos